Me enseñaron que dar es siempre la mejor opción.
Que a veces simplemente es mejor no confiar aunque quieras seguir creyendo.
Que esperar es siempre una sabia alternativa y si es sentado, mejor.
Que levantarse requiere valor, pero mantenerse firme y en pie, requiere de entereza.
Que no hay luz que ilumine más que la sonrisa de un niño y que el destello aumenta si es tu hijo o hija.
Que el camino que andas lo define la forma en que elijas hacer el recorrido.
Que no importa cuanto quieras si no sabes hacer lo preciso para que suceda.
Que a veces simplemente es cuestión de aceptar que es mejor de la forma en que es y no de otra.
Pero por sobre todas las cosas, estos 365 días me enseñaron a aprender. Un lujo que si queremos, nos podemos seguir dando el resto de los años que nos queden por vivir.
Feliz 2009