lunes, 23 de marzo de 2009

Para Lola en los 50 años de la Barbie.

Nunca tuve una Barbie. Por razones meramente económicas la bella muñeca nunca llegó a mis manos en un día de Navidad o de Reyes Magos.

Tampoco la espere jamás, nunca me identifique con ella. Para mí era muy superficial aquella rubia perfectamente delineada, sin aparentes defectos y con la mirada perdida.
Mi prima (ya no recuerdo si había más de una que la tuviera) vivía por esa muñeca. Era como un eterno I always want to be like her... De hecho, creo que sigue siendo así.
Sé que mi hermana llego a desearla, aunque tampoco la tuvo. Obviamente por las mismas razones que yo. Por largo tiempo sufrió el hecho de no tenerla, contrario a mí, pues yo tenía a Lola, mi muñeca de trapo que ni era superficial, ni era rubia, ni era perfectamente delineada.
Llena de defectos, Lola tenía la mirada fija y una bella sonrisa. Era mi mejor escucha, mi compañera y amiga, mi gran aliada y mi paño de lágrimas adolescentes.
No llegó a los 50 años como la Barbie, pero pasado el tiempo es lo que siempre fue: un alma libre que mereció canciones, poemas y una historia que contar mientras vida quede por vivir.

jueves, 12 de marzo de 2009

La Luna, los locos y el 28

Mi abuela, Toña La Negra, siempre lograba iniciar temas muy complicados y concluirlos de manera muy sencilla y atinada.
Con sus escasos conocimientos, sabía perfectamente la razón de casi todo. Tenía siempre las respuestas más acertadas y precisas y cuando no las tenías, las inventaba.
Sus explicaciones, en la mayoría de los casos muy breves, te dejaban con más y más preguntas, lo cual irremediablemente terminaba en un buen boche.
Creo que a ella debo mi obsesión por La Luna. En sus paseítos nocturnos por la marquesina de aquella casa que dejó de existir hace poco, siempre se paraba y miraba al cielo.
Hoy hay Luna llena, dijo una noche. ¿Qué pasa cuando hay Luna llena? Pregunté. "El plenilunio o luna llena es una fase lunar que se da cuando nuestro planeta se encuentra situado entre el Sol y la Luna, inició. En esta fase, la Luna alcanza su mayor iluminación y magnitud, prosiguió. Esto ocurre cada 28 días cuando se completa el ciclo lunar. Por eso, la relación del número 28 con los locos. Cuando hay Luna llena, hay que cuidarse. Los locos andan sueltos y nunca se sabe con qué nueva locura pueden saltar, concluyó.

martes, 10 de marzo de 2009

Parasol

Cuando manejo, siempre llevo el parasol puesto. No importa el vehículo que sea, despúes de arreglar el asiento, bajar el parasol es una vieja costumbre que no recuerdo cuándo inició ni por qué.
No había reparado en esto hasta hace ya dos años, cuando sin preguntar, me preguntaron por qué nunca descubría esa parte del vidrio.
Hasta hoy, nunca antes volví a pensar en ello. Justo hoy, camino a casa, mi hijo me preguntó si eso era como una cachucha que me tapa del sol.
- Sí, le contesté. Me cubre del sol pero al mismo tiempo me deja disfrutarlo.
- Pero mejor deja que el sol te de en la cara y así también miras por el cristal hasta que salga la Luna.
Dicho esto, el parasol no está más abajo. Me di cuenta que el vidrio es lo suficientemente claro para ver más allá de una simple y vieja costumbre.
No necesito gorra para cubrirme del sol, a ninguna hora, en ningún vehículo. Y si, en la noche, pude ver la Luna llena.