lunes, 23 de marzo de 2009

Para Lola en los 50 años de la Barbie.

Nunca tuve una Barbie. Por razones meramente económicas la bella muñeca nunca llegó a mis manos en un día de Navidad o de Reyes Magos.

Tampoco la espere jamás, nunca me identifique con ella. Para mí era muy superficial aquella rubia perfectamente delineada, sin aparentes defectos y con la mirada perdida.
Mi prima (ya no recuerdo si había más de una que la tuviera) vivía por esa muñeca. Era como un eterno I always want to be like her... De hecho, creo que sigue siendo así.
Sé que mi hermana llego a desearla, aunque tampoco la tuvo. Obviamente por las mismas razones que yo. Por largo tiempo sufrió el hecho de no tenerla, contrario a mí, pues yo tenía a Lola, mi muñeca de trapo que ni era superficial, ni era rubia, ni era perfectamente delineada.
Llena de defectos, Lola tenía la mirada fija y una bella sonrisa. Era mi mejor escucha, mi compañera y amiga, mi gran aliada y mi paño de lágrimas adolescentes.
No llegó a los 50 años como la Barbie, pero pasado el tiempo es lo que siempre fue: un alma libre que mereció canciones, poemas y una historia que contar mientras vida quede por vivir.

4 comentarios:

Nessa dijo...

Yo tuve como 13 Barbies (mal contadas) me encantaba su mundo superficial de carros convertibles y la casa de sus sueños y el novio perfecto! Claro que le agradezco a Dios que no me llegué a identificar tanto con ella como para desear vivir en su mundo de fantasía. Mis mejores recuerdos de infancia fueron jugando Barbie con mi amiga Amy...recuerdo que juntabamos mi cocina de Barbie, con la van de ella, tres Ken, una Skipper y toda la ropa de Barbie que pudieramos conseguir y pasabamos 2 y 3 horas jugando 'Barbie'. Para mi es un ícono y un lindo recuerdo de infancia.

Anónimo dijo...

...Se sirve un vaso de leche bien fría,
cierra los ojos para volver a ver a Lola,
la muñeca morena
de pelo rizado y nariz horrenda,
y se acuesta.

Unknown dijo...

Pues yo honestamente nunca ni idealicé ni le otorgué condiciones extraordinarias a la Barbie; para mí nunca ha sido ni un ejemplo a copiar, ni a odiar, sólo una muñeca más. No niego el daño que hace idealizar el supuesto estándar de belleza que ella representa, pero el sólo hecho de tenerla no hacía que la niña quisiera ser rubia ni delgada, y ni hablar de superficial porque no lo era, no puede serlo, es una MUÑECA que no hace nada. Creo que sólo tuve dos: una con la que jugaba y la otra a la que le corté el pelo. Hoy Alma tiene, a sus 5 pocos años, como 7, más de las que yo le he comprado (porque no he comprado la primera) y de las que quisiera pero ella las adora. Sólo que las de hoy son hadas, mariposas, con cabello azul, rosa, de HSM, etc. Esste cuento sí ha cambiado, y mucho.

Niove dijo...

Querida Vielka, te comento que yo tampoco tuve Barbies y al igual que tu nunca me hicieron falta...Creo que vine a saber de ellas siendo casi adolescente....Preferia a Natasha...la muñeca ñata que decia: mi nombre es Natasha me gusta jugar...o algo asi...Y los Mi Nene, los recuerdas? me encantaban...