miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cierre de año

Sueños, realidad, anhelos, memorias, torpezas, lamentos, sonrisas, olvidos, chistes, amigos. Mentiras, verdades, simplezas, problemas. Trabajo, cambios, buenas nuevas, pasado, olvido, cerrado, haber llorado, haber reído.
Lo nuevo, lo bueno, lo malo, lo escaso, miradas, abrazos, sonidos, hallazgos.
Apertura, conocimiento, oportunidad, crecimiento, lealtad, sinceridad, depresión, alegría, duda, lejanía, sensatez.
Ayuda, excusas, llamadas pérdidas, llamadas realizadas, llamadas completadas. Viajes, llegadas, salidas. Trasnoche, mensajes, miradas, cruce, desvío, pasado, presente, futuro.
Luz roja, luz verde, comida, bebida, el postre, el café y las mejores sobremesa con los dos mejores comensales. Anécdotas, veladas, la primera graduación, el primer yeso, los primeros dientes, los segundos, ya ni llevo la cuenta.
Pelo corto, pelo largo, palabras en inglés, también en español. Sorpresas. Frases incomparables: Te quiero más que a la nada. Eres la mejor mami. Te quiero hasta el infinito. Yo te hago falta.
Vecinos, intrusos, metiches, invitados, amigos. Unos que se fueron, otros que llegaron. Muchas Lunas llenas, mucho sol candente, también frío, cansancio, mucho anhelo, mucho miedo. Mucha luz, mucha paz, nada de tormenta, puertas abiertas, otras cerradas. Nueva música, nuevos lugares, nuevos aires, nuevas pruebas, más fortaleza.
Gracias 2009 por todo lo que me diste, pero sobre todo, gracias por todo lo que me quitaste.
¡Bienvenido seas 2010!

martes, 29 de diciembre de 2009

Hay que frenar

Replantearnos es algo que podemos hacer cualquiera de los 365 días que el calendario nos regala, pero preferimos hacerlo justo en la semana cincuenta y dejarle al año nuevo la excusa perfecta para definir nuevas metas o retomar las tareas que quedaron incompletas del año anterior.
El inicio de un nuevo año nos pide pisar el freno y evaluar si vamos muy rápido, si debemos parar, seguir o cambiar la ruta. Nos llama a evaluar las condiciones del vehículo y de la carretera. Nos da la oportunidad de medir y tomar en cuenta detalles como los pasajeros, las luces, los demás conductores y la ruta que sigues.
Hay que frenar. Cada año es una nueva oportunidad de enderezar el camino o torcerlo un poquito, dependiendo de la condición de cada cual y del viaje que hayamos decidido emprender.

Bienvenido seas 2010.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Que alguien me explique la nostalgia.

¿Cómo es eso que llega de repente sin pedir permiso y se adueña sin avisar de cosas que uno piensa que no le pertenecen?
Nunca he entendido la nostalgia. ¿Por qué puede entrar sin tocar y activarse con cualquier código? Un color, una palabra, un sonido, un número, un olor.
¿Por qué existe la nostalgia? ¿Cómo es que no se puede simplemente prescindir de ella? ¿No es una opción agarrarle por un brazo en invitarla cortésmente a salir por una puerta diferente a la que entro?
¿Cómo puede mutar y hacernos sentirla por circunstancias tan disímiles? Un país, una persona, una calle, una canción.
Que alguien me explique la nostalgia. ¿Por qué es más fuerte que la tristeza? ¿Cómo logra ser más astuta que la alegría? ¿De quién y dónde aprendió?
Que alguien me explique la nostalgia. Yo, sencillamente, no la entiendo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

¿Tienes un apodo?

Nunca he tenido un apodo. Cuando era pequeña hubo un intento de ello y por suerte se desvaneció.
En mi familia, ni mi madre ni yo lo tuvimos y Moni simplemente no iba con la personalidad de Mónika, así que asumo que al igual que mi madre y yo, mi hermana tampoco tiene uno.
Nunca he tenido un apodo, pero mi hermano Raymond nunca dejará de ser Memo; Federenko prácticamente dejó de existir para cederle todo el espacio a Garys y Chuchú es Manuel, mi Papá.
Nunca he tenido un apodo. Aunque mi nombre ha adoptado varias formas, ninguna de ellas se convirtió en un sobrenombre por el cual ser identificada o eternamente recordada.
Nunca he tenido un apodo y la verdad no me molesta. Pensé en ello cuando tuve que responder esta pregunta tan poco común en medio de circunstancias bastante habituales.