martes, 10 de marzo de 2009

Parasol

Cuando manejo, siempre llevo el parasol puesto. No importa el vehículo que sea, despúes de arreglar el asiento, bajar el parasol es una vieja costumbre que no recuerdo cuándo inició ni por qué.
No había reparado en esto hasta hace ya dos años, cuando sin preguntar, me preguntaron por qué nunca descubría esa parte del vidrio.
Hasta hoy, nunca antes volví a pensar en ello. Justo hoy, camino a casa, mi hijo me preguntó si eso era como una cachucha que me tapa del sol.
- Sí, le contesté. Me cubre del sol pero al mismo tiempo me deja disfrutarlo.
- Pero mejor deja que el sol te de en la cara y así también miras por el cristal hasta que salga la Luna.
Dicho esto, el parasol no está más abajo. Me di cuenta que el vidrio es lo suficientemente claro para ver más allá de una simple y vieja costumbre.
No necesito gorra para cubrirme del sol, a ninguna hora, en ningún vehículo. Y si, en la noche, pude ver la Luna llena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga eso es muy profundo, ya sabemos que de eso hasta se ha escrito ya. No te vuelvas a perder!
M.A

Nessa dijo...

yo nunca uso parasol, pero tu post me hizo recordar a un amigo muy querido, ido a destiempo, que siempre lo usaba sin importar la hora del día.