sábado, 29 de agosto de 2009

Odontología Moderna

Siempre he odiado ir al dentista. Lo siento por dos o tres amigos que eligieron la odontología como profesión, pero el recuerdo de unos colmillos que me acompañaron incluso más allá de la adolescencia, unos dientes supernumerarios en mi paladar y dos o tres molares acostados y con raíces entrelazadas, no me permiten superar ese sentimiento.
Para mí, el pequeño espacio llamado consultorio dental, conjuga olores desagradables, sabores desagradables y sonidos aún más desagradables.
Yo, que siempre voy detrás del error como diría Fito, osé decirle lo que pensaba a mi nuevo odontólogo justo en el momento en que empezaba a trabajar: -Con tantos avances médicos, tecnológicos, científicos... creo que la odontología es una rama que se ha quedado atrás.
-No es cierto, contestó con una dulzura extrema pero nada convincente: El procedimiento que hoy te harás tomaba antes tres semanas y hoy lo haremos en tres horas, eso es gracias a la odontología moderna. Así empezó a decirme lo que haría (como si eso ayudara) con una larga lista de palabras terminadas en al: apical, distal, lingual, coronal… hasta que sencillamente dejé de escucharle.
Exactamente tres horas después, salí de allí con la horrible sensación de haber estado presa durante tres largas semanas, victima de la tortura de olores desagradables, sabores desagradables y sonidos aún más desagradables. Todos conjugados de manera perfecta para hacerme reafirmar mi odio por el dentista.

2 comentarios:

Rosalina dijo...

Te entiendo perfectamente Vielka! Que risa con eso de las palabras terminadas en "al" y que bueno que encontre tu blog.

Darío Martínez Batlle dijo...

Vielka, esto te va a gustar:

http://www.youtube.com/watch?v=txqiwrbYGrs