viernes, 23 de enero de 2009

La muñeca

Yo soy un gallito: Kiquiriki... Repitió por años y años en la sala de la casa de mami sin que ya muchos le prestáramos atención. Pasó de ser un atractivo juguete nuevo al inminente lugar de viejo o usado que irremediablemnte llegan a ocupar mucho antes de una nueva época de Navidad.
Este cambio de status hizo que pasara a la caja de juguetes para donar y así hacer felices a otros niños.
Justo eso sucedió con la niñita de 5 años en la entrega de juguetes del Hogar Escuela Madre Mazarello. Cuando la vió desde lejos en mis manos, grito: Esa e´la que yo quiero, esa e´la que yo quiero... En medio de aquel bullicio de otras 300 niñas que también iban por juguetes, violó la única regla impuesta por Sor Balbina: se paró de su silla para pedir la muñeca y soltar una gran carcajada al escucharle decir: Yo soy un gallito: Kiquiriki...

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