
Este cambio de status hizo que pasara a la caja de juguetes para donar y así hacer felices a otros niños.
Justo eso sucedió con la niñita de 5 años en la entrega de juguetes del Hogar Escuela Madre Mazarello. Cuando la vió desde lejos en mis manos, grito: Esa e´la que yo quiero, esa e´la que yo quiero... En medio de aquel bullicio de otras 300 niñas que también iban por juguetes, violó la única regla impuesta por Sor Balbina: se paró de su silla para pedir la muñeca y soltar una gran carcajada al escucharle decir: Yo soy un gallito: Kiquiriki...
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