jueves, 21 de enero de 2010

A la mode

Cesarín, con 6 años, me pregunta por qué antes no había escuchado hablar de Haití. Por más que intento convencerle de que si, de que esa era la casa de René, nuestra mano derecha en el edificio, el se empeña en negar mi argumento.
-Pero es que ahora todos en la televisión nada más hablan de eso, insistió. A lo que respondí que esto era una crisis y que incluso a mami en los últimos días le quitaron todas sus tareas para trabajar únicamente en ayudar a Haití.
– ¿Y esto va a ser para siempre? Preguntó. Por allá dentro, sé que tengo la respuesta, pero elegí responderle que nadie sabe, solo Papa Dios. Lo importante es que muchas personas están ayudando ahora, le dije.
-Ojala que los ayuden para siempre, contestó. Y como todo niño de 6 años de inmediato se interesó en otra cosa. Yo elegí lo mismo, tratar de interesarme en otra cosa, pero es imposible salirse del tema tan fácil. Un rato después, muchos pensamientos tuvieron eco. Muchos argumentos tuvieron coincidencias. La misma pregunta. Ausencia de respuesta. Hay una sola realidad: Qué pasará cuando Haití, deje de ser noticia.

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