lunes, 4 de agosto de 2008

Comunicación y temporalidad

Los desafíos de la comunicación en un mundo fluido de Sandra Massoni es uno de esos libritos que engaña. Dirigido a comunicadores y otros profesionales interesados en la comunicación estratégica, de entrada no me motivó siquiera a comprarlo, pero al ojearlo, salió la Vielka compulsiva con su vocesita insistente y dijo, cómpralo, cómpralo, siempre hay algo bueno en cada libro.

Lo compré y no me arrepiento. Desde una perspectiva teórica y metodológica recoge producciones de la autora sobre artículos publicados en diferentes países, conferencias internacionales y descripciones de sus experiencias, presentando el concepto de estrategia de comunicación dentro del marco de la temporalidad, categorías básicas que nos llevan a reconceptualizar la comunicación, nuestro rol como comunicadores y los estudios comunicacionales en un mundo cada día más fluido.

Como punto de partida, nos remite a 1999, presentando una síntesis de la obra Cara y contracara ¿una civilización a la deriva?, una reflexión de Víctor Massuh sobre los problemas que enfrenta la humanidad, que antes, durante y ahora se repiten incansablemente ante nuestros ojos.

Aquí, parte del texto:

Es bueno recordar que nada en el ser humano ni en la naturaleza es un fragmento. En cualquier terreno que transitemos es preciso no perder de vista el horizonte de la totalidad.

Tampoco somos un fragmento de tiempo, ni la coexistencia casual de sus tres partículas: pasado, presente, futuro. Nos constituyen esas tres dimensiones como una totalidad orgánica. Se hiere una parte y queda afectado el conjunto.

El tiempo no crece linealmente sino en expansión. El tiempo de un individuo se amplía en otro, en el de un pueblo, el de una fraternidad colectiva. Crecemos hacia atrás, hacia adelante, debajo y arriba del tiempo. En todo instante vivido con intensidad extrema, su onda expansiva lleva más lejos los límites del pasado y del futuro, los enriquece e ilumina.

Hoy es preciso recuperar la vivencia del futuro como aventura, indeterminación y esperanza. Buena parte de la creativad cultural prefiere ser rememorativa más que proyectarse en la exploración de caminos nuevos.

Abrir las puertas al futuro en el plano de las ideas. Aún reconociendo que el porvenir tiene su propia autonomía, un arbitrio incognoscible.

Necesitamos recuperar el poder soberano de la voluntad para ir creando a cada instante.

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