sábado, 24 de mayo de 2008

El regalo perfecto

Cada año, la proximidad del Día de las Madres ameritaba salir varias veces de compras con Mami. Íbamos en busca del regalo perfecto para cada una de las cinco tías, las sobrinas con hijos y, por supuesto, a la esposa del tío. La casa de la abuela servía de escenario para el intercambio no sólo de los regalos, los cuales la mayoría de las veces se repetían, sino también para la risa, las repetidas historias, la abundante comida y los besos y los abrazos propios de ese tipo de celebración.

Hoy ese día y esa celebración son diferentes. El círculo se ha reducido, la abuela ya no está con nosotros y las tías, las primas, la esposa del tío y los invitados especiales han sido víctimas de la escasez de tiempo y los sobrados compromisos que todos padecemos y tenemos. Además, ahora las espectadoras pasamos a ser protagonistas. Nos toca a nosotras rompernos la cabeza para no repetir regalos o encontrar algo lo suficientemente significativo que compense un poco lo que a diario nos regala nuestra madre. Por eso, incluso, el regalo muchas veces llega semanas después.

Recuerdo que Mami elegía los regalos aunque a veces pedía opiniones. Hoy, como parte de esa apertura que tenemos con nuestros hijos, les damos la oportunidad de ayudarnos elegir o, mejor aún, sugerir qué regalar. De manera que cuando le pregunté a Cesarito qué le regalaríamos a Mamá de Día de las Madres, éste, con su usual picardía, dijo: “¡Oh, un yogurt!”.

Pero minutos después reconsideró su idea: “No, Mami, mejor un helicóptero… ¡para yo jugar cuando vaya a su casa!”

Sin duda alguna sus dos recomendaciones me daban la plena seguridad de que esos regalos no los repetiría nadie. Aunque de inmediato volvió a cambiar de parecer y decidió que fuera un microondas, por que así “las palomitas de maíz quedan mejor”.

Qué maravillosa forma de satisfacer sus propias necesidades, ¿no?

Y pensar que nosotros no teníamos siquiera opción. Ahora que lo pienso, no dejo de preguntarme qué hubiese elegido yo si al menos una vez me hubiesen preguntado.

Publicado en la edición de Madres 2007 de Oh! Magazine.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja!! No puedo negar que a mi todavía me gusta bloggear, pero admito que a veces no me queda el tiempo para hacerlo y tmblr me ha dado la facilidad de decir lo que quiera en el momento que quiera sin tener que logearme (lo puedo hacer desde el menú de "bookmarks"). Si creo que el ser humano debe buscar la mejor forma de expresar sus sentimientos, inquietudes, realidades, pensamientos, sea cual sea la forma. Amiga mientras usted siga bloggeando, yo seguiré leyendo, riendo a veces, reflexionando otras.